¡Alto! ¡escúchame! no sigas caminando más:
hoy quiero decirte lo que hizo Dios en mí.
Tienes que saber que un día yo acepté al Señor:
soy un hombre nuevo y ahora vivo para Él.
¡Que alegría es ser un testigo de Dios!
es sentirle por fe en el corazón;
y aunque todos me digan que eso no es verdad,
yo lo siento en mi vida, aún más, ¡mucho más!
2. Dios te quiere a ti, eres importante para Él;
tienes que aceptarlo ahora mismo por la fe.
Aunque tengas dudas, Él después te las aclarará.